"Cheney es el diablo detrás del presidente"
... lo dice George Soros
El especulador y filántropo húngaro-estadounidense se ha revelado como un duro opositor a la reelección del presidente George W. Bush y firme defensor del candidato demócrata, John Kerry. Soros cree que si gana Bush EE UU y el mundo entrarán en una espiral de violencia que no tendrá fin, y acusa al actual presidente de haber creado un planeta menos seguro y de utilizar el miedo para justificar el uso de la fuerza.
Por Sandro Pozzi
El especulador y filántropo húngaro-estadounidense George Soros se ha convertido en un férreo activista contra el presidente de EE UU, George W. Bush, y sus políticas. Con 74 años de edad, se ha lanzado en una gira por una docena de ciudades para explicar las mentiras que llevaron a la guerra en Irak, para que el 2 de noviembre los estadounidenses voten en consecuencia.
La doctrina de Bush, advierte, se basa en que las relaciones internacionales son relaciones de poder, dejando como un elemento decorativo la legalidad y la legitimidad.
Soros puede ser un hombre peligroso si se le tiene como enemigo. Basta dar un breve repaso a su biografía. Salió de Hungría con 17 años y emigró primero a Inglaterra y después a EE UU, donde en 1969 creó su principal sociedad, el Quantum Fund (con domicilio en un paraíso fiscal). George Soros se ha enriquecido gracias a su actividad en los mercados de valores. Con unos 7.000 millones de dólares de patrimonio (5.650 millones de euros), está entre las 30 personas más ricas de EE UU, según la revista Forbes.
La anécdota más conocida de la vida de Soros es la operación por la que provocó el derrumbe de la libra esterlina en septiembre 1992, jugada que le hizo ganar unos 1.000 millones de dólares en un abrir y cerrar de ojos, a costa del Estado y los contribuyentes británicos. Soros ha llegado a ser el paradigma del especulador.
A pesar de que perdió mucho dinero en el derrumbe bursátil de 1987, en la crisis del rublo ruso de 1998 y en la burbuja tecnológica de hace cuatro años, también ganó cantidades ingentes de dinero con la crisis económica asiática, la peor de la historia moderna.
La entrevista se realizó el pasado domingo en la casa de campo de Soros en Katonah, a 80 kilómetros al norte de Nueva York. A él le hubiese gustado hacerla en España, pero dice que el ataque que el entorno de Bush está lanzando contra su persona es muy fuerte y optó por quedarse en EE UU hasta que pasen las elecciones. "Me están satanizando", dice.
Pregunta. ¿Por qué esta campaña?
Respuesta. Éstas no van a ser unas elecciones normales. Es un referéndum sobre George W. Bush. Hace cuatro años no fue elegido por sus políticas. Pero sufrimos los ataques del 11-S, su doctrina y la invasión de Irak. Si los estadounidenses volvemos a reelegirle, estaremos apoyando sus políticas y tendremos que asumir las consecuencias de éstas. Y entraremos en un círculo vicioso de violencia que no tendrá fin. Pero si lo rechazamos, entonces todo habrá sido una situación temporal. Es de lo que intento convencer a la gente: nuestro futuro depende de estas elecciones.
P. ¿Hace campaña por el candidato demócrata, John Kerry, o contra George Bush?
R. Quiero que la gente vote a John Kerry y me sentiré muy contento con él como presidente. Le apoyo de una manera totalmente independiente porque las reglas electorales son muy peculiares. Tenemos el derecho a hablar y gastarnos el dinero que queramos al margen de la campaña.
P. ¿Por qué apoya a Kerry?
R. Le conozco personalmente. Tenemos nuestras casas de verano muy cerca la una de la otra. Conozco sus puntos de vista, que fueron formados durante la guerra de Vietnam, y sé que sólo recurrirá a la acción militar como último recurso. Él no quiere ser un presidente de guerra. Defenderá el país pero sin ir a un conflicto bélico a la primera de cambio. Esto es muy importante.
P. ¿Y qué piensa del entorno de George Bush?
R. No tengo dudas de que el vicepresidente Dick Cheney es el espíritu real del diablo que hay detrás del presidente.
P. En estas elecciones prima el factor seguridad. ¿Aceptarán los estadounidenses un presidente que no sea de guerra?
R. George Bush nos ha hecho menos seguros de lo que éramos. La gente tiene más miedo y la Administración lo alimenta. El problema es que el miedo es mal consejero y la guerra contra el terror, como se está utilizando, está provocando que hoy estemos menos seguros. Hay un mensaje subliminal por el que llevando la guerra contra el terror fuera de EE UU nos hace sentir más seguros en casa. Pero es un argumento muy peligroso.
Las madres que piensan que sus hijos estarán más seguros porque se está luchando la guerra en Irak, en lugar de en casa, se equivocan. Se han mandado a las tropas a Irak como papel atrapamoscas, para atraer a los terroristas. Lo que se está consiguiendo es que cada vez más gente odie a los estadounidenses. Y al haber víctimas inocentes, reforzamos la causa de los terroristas. Pero el argumento de Bush es poderoso y las elecciones están siendo más reñidas de lo que me gustaría. Por eso he decidido hablar y hacer todo lo que esté en mi mano para asegurarme que no sea reelegido, porque los valores y principios de nuestra sociedad están en peligro. Esa es mi preocupación principal.
P. ¿Es posible democratizar un país como Irak?
R. Sé por experiencia práctica que no se puede imponer la democracia. Debe crecer internamente. Es un proceso lento y sólo puede ser ayudada desde fuera bajo circunstancias muy especiales. Cuando la Alemania nazi y el Japón imperial fueron derrotadas, y colapsó la Unión Soviética, hubo una ventana de oportunidad para ayudar a esos países a que se convirtieran en democracias. Tuvimos éxito en Alemania y Japón. Fracasamos en la antigua Unión Soviética porque Occidente no quiso invertir el dinero y el esfuerzo necesarios.
En el caso de Irak, no se ha ido para llevar la democracia y tampoco vamos a tener éxito a la hora de introducirla. Es un argumento falso, que se inventó para justificar la invasión. El punto más importante que intento explicar a los estadounidenses es que no se trató de un fallo de los servicios de inteligencia. Fue una concepción deliberada de la Casa Blanca. Ahora sabemos que no había armas de destrucción masiva ni conexiones con Al Qaeda. Y la Casa Blanca lo sabía en ese momento y por alguna razón no informó ni al Congreso ni se contó la verdad a los ciudadanos. El resto del mundo lo sabe, pero la opinión pública en EE UU no.
P. En España mucha gente piensa que la mentira hizo caer al Gobierno tras los atentados del 11-M en España. ¿Podría pasar lo mismo en EE UU?
R. Sí. Y lo espero. Pero no estoy muy seguro de que el pueblo americano se preocupe por saber la verdad tanto como en su día el pueblo español. Lo veremos en el 2 de noviembre. Pero si no se preocupan y Bush es reelegido a sabiendas de que nos mintió, tendremos que asumir las consecuencias de sus políticas y el sentimiento antiamericano en el mundo estará justificado. Si se preocupan, la gente que se declara hoy antiamericana debería pasar a ser anti-Bush. Será una liberación y EE UU podrá cambiar de dirección para ganarse de nuevo el respeto del mundo.
P. ¿Cuál es el impacto de las políticas de la Casa Blanca en la economía?
R. El efecto negativo más importante es el precio del petróleo, que está sacando el dinero de los bolsillos de los ciudadanos y les deja menos ingresos disponibles para consumir. La economía ha sido estimulada por todos los medios para que mostrara el mejor rendimiento posible durante el segundo y el tercer trimestre de este año, antes de las elecciones. Sin embargo, el resultado no está siendo tan bueno y eso puede ser negativo para Bush de cara al voto. George Bush padre perdió las elecciones por la economía. Bush hijo es el único que dice que la economía atraviesa por un buen momento, pero la gente no lo siente así. Primero, por la pérdida de empleos. Segundo, porque los ciudadanos no están en una situación financiera tan buena como hace cuatro años. Por no hablar de la salud o del medio ambiente. La Administración Bush está favoreciendo a los más ricos y a los grandes grupos financieros y empresariales.
P. Usted ha sostenido que la actual escalada del petróleo es una consecuencia de las políticas de Bush en Irak. ¿Bajará el precio si gana Kerry?
R. No necesariamente. Porque antes, Kerry, deberá pacificar Irak y no será una empresa fácil, porque la situación es muy difícil, aunque tendrá mejores opciones para conseguirlo que George Bush.
P. ¿Cuál es su previsión del precio del crudo?
R. No hago previsiones. Demasiadas incertidumbres. El precio del petróleo, en todo caso, es una cuestión de equilibrio entre oferta y demanda. Si se quita a Irak del mercado, el sistema se vuelve más vulnerable ante otras disrupciones en el suministro en Nigeria, Venezuela o por los huracanes. Y está además la especulación y el miedo.
P. ¿Cuál es el impacto del elevado déficit estadounidense para la economía internacional?
R. El déficit es malo. Es más un problema más a largo plazo que a corto. EE UU está consumiendo más de lo que produce. Y los países asiáticos producen más de lo que consumen. Se puede seguir creciendo hasta que se vuelva insostenible. Es un desequilibrio en el sistema global, poco sano. Los países desarrollados están chupando los ahorros y la acumulación de capital de los menos desarrollados. Sería más equilibrado si el capital fluyera de los países ricos hacia los pobres.
P. ¿La idea de EE UU como tierra de oportunidades está en peligro?
R. Como oportunidades individuales, no. Pero como una sociedad abierta y como símbolo de la esperanza para el resto del mundo, sí. Los valores y principios de una democracia nunca están asegurados. Hay episodios en los que EE UU violó esos principios, como con Japón durante la Guerra Mundial o persiguiendo a los comunistas bajo el mandato de MacCarthy. Pero no creo que en la historia de este país ese peligro haya sido tan grande como hoy. Por eso me he comprometido en esta campaña. No porque el déficit público sea muy alto. La economía es un factor importante de cara al voto. Pero lo que a mí me irrita es que Bush considere las críticas como algo antipatriota, esa idea de que los que no estén con EE UU son terroristas y que bajo la excusa de la guerra contra el terror se invadiera Irak. El orden mundial es imperfecto. Pero Bush está minando el poco orden que queda. Eso hace al mundo más vulnerable ante el desorden.
P. ¿Cuánto dinero lleva invertido en su campaña?
R. Una cantidad próxima a los 20 millones de dólares (16 millones de euros). Y estoy gastando tres millones de dólares más en anuncios a doble página en los periódicos, en mandar dos millones de copias de mi mensaje y en mi gira.
P. ¿Cuál es su opinión del Fondo Monetario Internacional?
R. Que ha perdido el rumbo. No tienen un claro el sentido de la dirección y no están listos para lidiar con los problemas a largo plazo con los que se enfrentarán en el futuro. Además, hay un desequilibrio entre los diversos niveles del capitalismo. Eso requiere un remedio a largo plazo y no está en la agenda.
P. ¿Y sobre Rodrigo Rato?
R. No tengo una opinión creada sobre su persona.
P. ¿Cómo ve el proceso de integración de China en la economía de mercado?
R. China es la principal beneficiaria del proceso de globalización. Su expansión es muy fuerte. Pero su futuro depende de que sea capaz de aprovechar la situación para mejorar su sistema político y evolucionar hacia una sociedad más abierta. Si fallan en este punto, una crisis económica o financiera puede convertirse en una crisis política. El ejemplo es el de Indonesia.
P. ¿Y Rusia?
R. Es un país rico en recursos naturales y se beneficia del alto precio de la energía y otras materias primas. Pero políticamente va por la mala dirección al querer reestablecer un régimen burocrático centralizado y autoritario. Su futuro es turbio porque se está prometiendo que se va a reconstituir el Imperio ruso. Pero no están en condiciones de conseguirlo.
P. ¿Irían mejor las cosas con una moneda única en todo el mundo?
R. Sería deseable, pero requeriría de mucha más cooperación. No se puede tener una moneda única sin una política monetaria única. Y en esto no hay un acuerdo.
P. ¿Se acabó el George Soros especulador que tanto asustaba a los mercados?
R. Estoy jubilado. Ya no estoy activo en el terreno financiero. Poco a poco he ido tomando posiciones más conservadoras. Pero eso no quiere decir que los mercados vayan a estar más tranquilos.
P. ¿Piensa que los fondos de alto riesgo deben ser regulados de una forma más estricta?
R. Los mercados financieros son inestables. Preservar su estabilidad puede requerir o no de reglas precisas. La idea de que dejándoles actuar solos alcanzan el equilibrio es falsa. La economía necesita la intervención de las autoridades.
P. ¿La responsabilidad social corporativa, es eficaz o mera publicidad?
R. Es hipocresía. Aunque eso es mejor que ser totalmente despreocupados.
P. ¿Pasó la ola de los escándalos empresariales?
R. Siempre habrá excesos.
P. ¿Están reflejando los mercados las favorables perspectivas económicas que transmiten las principales instituciones?
R. Los mercados nunca reflejan la realidad.
P. ¿Sigue la evolución de la economía en España?
R. No.
P. ¿Pero tiene inversiones?
R. Sí. Invertí hace algunos años en una constructora. [La inmobiliaria Med Group].
Por Sandro Pozzi
El especulador y filántropo húngaro-estadounidense George Soros se ha convertido en un férreo activista contra el presidente de EE UU, George W. Bush, y sus políticas. Con 74 años de edad, se ha lanzado en una gira por una docena de ciudades para explicar las mentiras que llevaron a la guerra en Irak, para que el 2 de noviembre los estadounidenses voten en consecuencia.
La doctrina de Bush, advierte, se basa en que las relaciones internacionales son relaciones de poder, dejando como un elemento decorativo la legalidad y la legitimidad.
Soros puede ser un hombre peligroso si se le tiene como enemigo. Basta dar un breve repaso a su biografía. Salió de Hungría con 17 años y emigró primero a Inglaterra y después a EE UU, donde en 1969 creó su principal sociedad, el Quantum Fund (con domicilio en un paraíso fiscal). George Soros se ha enriquecido gracias a su actividad en los mercados de valores. Con unos 7.000 millones de dólares de patrimonio (5.650 millones de euros), está entre las 30 personas más ricas de EE UU, según la revista Forbes.
La anécdota más conocida de la vida de Soros es la operación por la que provocó el derrumbe de la libra esterlina en septiembre 1992, jugada que le hizo ganar unos 1.000 millones de dólares en un abrir y cerrar de ojos, a costa del Estado y los contribuyentes británicos. Soros ha llegado a ser el paradigma del especulador.
A pesar de que perdió mucho dinero en el derrumbe bursátil de 1987, en la crisis del rublo ruso de 1998 y en la burbuja tecnológica de hace cuatro años, también ganó cantidades ingentes de dinero con la crisis económica asiática, la peor de la historia moderna.
La entrevista se realizó el pasado domingo en la casa de campo de Soros en Katonah, a 80 kilómetros al norte de Nueva York. A él le hubiese gustado hacerla en España, pero dice que el ataque que el entorno de Bush está lanzando contra su persona es muy fuerte y optó por quedarse en EE UU hasta que pasen las elecciones. "Me están satanizando", dice.
Pregunta. ¿Por qué esta campaña?
Respuesta. Éstas no van a ser unas elecciones normales. Es un referéndum sobre George W. Bush. Hace cuatro años no fue elegido por sus políticas. Pero sufrimos los ataques del 11-S, su doctrina y la invasión de Irak. Si los estadounidenses volvemos a reelegirle, estaremos apoyando sus políticas y tendremos que asumir las consecuencias de éstas. Y entraremos en un círculo vicioso de violencia que no tendrá fin. Pero si lo rechazamos, entonces todo habrá sido una situación temporal. Es de lo que intento convencer a la gente: nuestro futuro depende de estas elecciones.
P. ¿Hace campaña por el candidato demócrata, John Kerry, o contra George Bush?
R. Quiero que la gente vote a John Kerry y me sentiré muy contento con él como presidente. Le apoyo de una manera totalmente independiente porque las reglas electorales son muy peculiares. Tenemos el derecho a hablar y gastarnos el dinero que queramos al margen de la campaña.
P. ¿Por qué apoya a Kerry?
R. Le conozco personalmente. Tenemos nuestras casas de verano muy cerca la una de la otra. Conozco sus puntos de vista, que fueron formados durante la guerra de Vietnam, y sé que sólo recurrirá a la acción militar como último recurso. Él no quiere ser un presidente de guerra. Defenderá el país pero sin ir a un conflicto bélico a la primera de cambio. Esto es muy importante.
P. ¿Y qué piensa del entorno de George Bush?
R. No tengo dudas de que el vicepresidente Dick Cheney es el espíritu real del diablo que hay detrás del presidente.
P. En estas elecciones prima el factor seguridad. ¿Aceptarán los estadounidenses un presidente que no sea de guerra?
R. George Bush nos ha hecho menos seguros de lo que éramos. La gente tiene más miedo y la Administración lo alimenta. El problema es que el miedo es mal consejero y la guerra contra el terror, como se está utilizando, está provocando que hoy estemos menos seguros. Hay un mensaje subliminal por el que llevando la guerra contra el terror fuera de EE UU nos hace sentir más seguros en casa. Pero es un argumento muy peligroso.
Las madres que piensan que sus hijos estarán más seguros porque se está luchando la guerra en Irak, en lugar de en casa, se equivocan. Se han mandado a las tropas a Irak como papel atrapamoscas, para atraer a los terroristas. Lo que se está consiguiendo es que cada vez más gente odie a los estadounidenses. Y al haber víctimas inocentes, reforzamos la causa de los terroristas. Pero el argumento de Bush es poderoso y las elecciones están siendo más reñidas de lo que me gustaría. Por eso he decidido hablar y hacer todo lo que esté en mi mano para asegurarme que no sea reelegido, porque los valores y principios de nuestra sociedad están en peligro. Esa es mi preocupación principal.
P. ¿Es posible democratizar un país como Irak?
R. Sé por experiencia práctica que no se puede imponer la democracia. Debe crecer internamente. Es un proceso lento y sólo puede ser ayudada desde fuera bajo circunstancias muy especiales. Cuando la Alemania nazi y el Japón imperial fueron derrotadas, y colapsó la Unión Soviética, hubo una ventana de oportunidad para ayudar a esos países a que se convirtieran en democracias. Tuvimos éxito en Alemania y Japón. Fracasamos en la antigua Unión Soviética porque Occidente no quiso invertir el dinero y el esfuerzo necesarios.
En el caso de Irak, no se ha ido para llevar la democracia y tampoco vamos a tener éxito a la hora de introducirla. Es un argumento falso, que se inventó para justificar la invasión. El punto más importante que intento explicar a los estadounidenses es que no se trató de un fallo de los servicios de inteligencia. Fue una concepción deliberada de la Casa Blanca. Ahora sabemos que no había armas de destrucción masiva ni conexiones con Al Qaeda. Y la Casa Blanca lo sabía en ese momento y por alguna razón no informó ni al Congreso ni se contó la verdad a los ciudadanos. El resto del mundo lo sabe, pero la opinión pública en EE UU no.
P. En España mucha gente piensa que la mentira hizo caer al Gobierno tras los atentados del 11-M en España. ¿Podría pasar lo mismo en EE UU?
R. Sí. Y lo espero. Pero no estoy muy seguro de que el pueblo americano se preocupe por saber la verdad tanto como en su día el pueblo español. Lo veremos en el 2 de noviembre. Pero si no se preocupan y Bush es reelegido a sabiendas de que nos mintió, tendremos que asumir las consecuencias de sus políticas y el sentimiento antiamericano en el mundo estará justificado. Si se preocupan, la gente que se declara hoy antiamericana debería pasar a ser anti-Bush. Será una liberación y EE UU podrá cambiar de dirección para ganarse de nuevo el respeto del mundo.
P. ¿Cuál es el impacto de las políticas de la Casa Blanca en la economía?
R. El efecto negativo más importante es el precio del petróleo, que está sacando el dinero de los bolsillos de los ciudadanos y les deja menos ingresos disponibles para consumir. La economía ha sido estimulada por todos los medios para que mostrara el mejor rendimiento posible durante el segundo y el tercer trimestre de este año, antes de las elecciones. Sin embargo, el resultado no está siendo tan bueno y eso puede ser negativo para Bush de cara al voto. George Bush padre perdió las elecciones por la economía. Bush hijo es el único que dice que la economía atraviesa por un buen momento, pero la gente no lo siente así. Primero, por la pérdida de empleos. Segundo, porque los ciudadanos no están en una situación financiera tan buena como hace cuatro años. Por no hablar de la salud o del medio ambiente. La Administración Bush está favoreciendo a los más ricos y a los grandes grupos financieros y empresariales.
P. Usted ha sostenido que la actual escalada del petróleo es una consecuencia de las políticas de Bush en Irak. ¿Bajará el precio si gana Kerry?
R. No necesariamente. Porque antes, Kerry, deberá pacificar Irak y no será una empresa fácil, porque la situación es muy difícil, aunque tendrá mejores opciones para conseguirlo que George Bush.
P. ¿Cuál es su previsión del precio del crudo?
R. No hago previsiones. Demasiadas incertidumbres. El precio del petróleo, en todo caso, es una cuestión de equilibrio entre oferta y demanda. Si se quita a Irak del mercado, el sistema se vuelve más vulnerable ante otras disrupciones en el suministro en Nigeria, Venezuela o por los huracanes. Y está además la especulación y el miedo.
P. ¿Cuál es el impacto del elevado déficit estadounidense para la economía internacional?
R. El déficit es malo. Es más un problema más a largo plazo que a corto. EE UU está consumiendo más de lo que produce. Y los países asiáticos producen más de lo que consumen. Se puede seguir creciendo hasta que se vuelva insostenible. Es un desequilibrio en el sistema global, poco sano. Los países desarrollados están chupando los ahorros y la acumulación de capital de los menos desarrollados. Sería más equilibrado si el capital fluyera de los países ricos hacia los pobres.
P. ¿La idea de EE UU como tierra de oportunidades está en peligro?
R. Como oportunidades individuales, no. Pero como una sociedad abierta y como símbolo de la esperanza para el resto del mundo, sí. Los valores y principios de una democracia nunca están asegurados. Hay episodios en los que EE UU violó esos principios, como con Japón durante la Guerra Mundial o persiguiendo a los comunistas bajo el mandato de MacCarthy. Pero no creo que en la historia de este país ese peligro haya sido tan grande como hoy. Por eso me he comprometido en esta campaña. No porque el déficit público sea muy alto. La economía es un factor importante de cara al voto. Pero lo que a mí me irrita es que Bush considere las críticas como algo antipatriota, esa idea de que los que no estén con EE UU son terroristas y que bajo la excusa de la guerra contra el terror se invadiera Irak. El orden mundial es imperfecto. Pero Bush está minando el poco orden que queda. Eso hace al mundo más vulnerable ante el desorden.
P. ¿Cuánto dinero lleva invertido en su campaña?
R. Una cantidad próxima a los 20 millones de dólares (16 millones de euros). Y estoy gastando tres millones de dólares más en anuncios a doble página en los periódicos, en mandar dos millones de copias de mi mensaje y en mi gira.
P. ¿Cuál es su opinión del Fondo Monetario Internacional?
R. Que ha perdido el rumbo. No tienen un claro el sentido de la dirección y no están listos para lidiar con los problemas a largo plazo con los que se enfrentarán en el futuro. Además, hay un desequilibrio entre los diversos niveles del capitalismo. Eso requiere un remedio a largo plazo y no está en la agenda.
P. ¿Y sobre Rodrigo Rato?
R. No tengo una opinión creada sobre su persona.
P. ¿Cómo ve el proceso de integración de China en la economía de mercado?
R. China es la principal beneficiaria del proceso de globalización. Su expansión es muy fuerte. Pero su futuro depende de que sea capaz de aprovechar la situación para mejorar su sistema político y evolucionar hacia una sociedad más abierta. Si fallan en este punto, una crisis económica o financiera puede convertirse en una crisis política. El ejemplo es el de Indonesia.
P. ¿Y Rusia?
R. Es un país rico en recursos naturales y se beneficia del alto precio de la energía y otras materias primas. Pero políticamente va por la mala dirección al querer reestablecer un régimen burocrático centralizado y autoritario. Su futuro es turbio porque se está prometiendo que se va a reconstituir el Imperio ruso. Pero no están en condiciones de conseguirlo.
P. ¿Irían mejor las cosas con una moneda única en todo el mundo?
R. Sería deseable, pero requeriría de mucha más cooperación. No se puede tener una moneda única sin una política monetaria única. Y en esto no hay un acuerdo.
P. ¿Se acabó el George Soros especulador que tanto asustaba a los mercados?
R. Estoy jubilado. Ya no estoy activo en el terreno financiero. Poco a poco he ido tomando posiciones más conservadoras. Pero eso no quiere decir que los mercados vayan a estar más tranquilos.
P. ¿Piensa que los fondos de alto riesgo deben ser regulados de una forma más estricta?
R. Los mercados financieros son inestables. Preservar su estabilidad puede requerir o no de reglas precisas. La idea de que dejándoles actuar solos alcanzan el equilibrio es falsa. La economía necesita la intervención de las autoridades.
P. ¿La responsabilidad social corporativa, es eficaz o mera publicidad?
R. Es hipocresía. Aunque eso es mejor que ser totalmente despreocupados.
P. ¿Pasó la ola de los escándalos empresariales?
R. Siempre habrá excesos.
P. ¿Están reflejando los mercados las favorables perspectivas económicas que transmiten las principales instituciones?
R. Los mercados nunca reflejan la realidad.
P. ¿Sigue la evolución de la economía en España?
R. No.
P. ¿Pero tiene inversiones?
R. Sí. Invertí hace algunos años en una constructora. [La inmobiliaria Med Group].
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