BOLIVIA / El Ejército pide calma
El Congreso boliviano busca una salida a la crisis mientras la tensión social crece en las calles. Estadisticas
LA PAZ - El jefe de las Fuerzas Armadas bolivianas, Luis Aranda, ha pedido 'calma' a las partes involucradas en el conflicto que tiene al país sumido en una profunda crisis y al borde de una guerra civil. Ha destacado el respeto a la Constitución que tienen las instituciones castrenses. Mientras tanto, el Congreso deberá decidir este jueves si acepta la dimisión presentada por el presidente Carlos Mesa. Los congresistas se encuentran debatiendo en la ciudad de Sucre por motivos de seguridad. A pesar de ello, cientos de miles de manifestantes han llegado a la ciudad para tomarse las calles y pedir elecciones anticipadas. La embajada española alista planes para evacuar a ciudadanos de la UE.
Los titulares de las Cámaras de Bolivia dicen que renuncian a suceder a Mesa si el Congreso acepta su salida
Los titulares del Congreso, Hormando Vaca Díez, y de la Cámara de Diputados, Mario Cossío, primero y segundo en la línea de sucesión a la Presidencia de Bolivia, anunciaron hoy que renunciarán a este derecho, si el Congreso acepta la renuncia de Carlos Mesa en la sesión de esta noche.
Cossío, durante una rueda de prensa, también anunció que la sesión especial del Congreso para analizar la dimisión del aún presidente Carlos Mesa se celebrará esta misma noche en la ciudad de Sucre, donde debía haber comenzado esta mañana (hora local).
Las masivas protestas y los choques de los manifestantes con la policía, que provocaron la muerte de un minero por los disparos de las fuerzas del orden, no permitieron hoy la celebración de la sesión legislativa.
Los mineros, campesinos, maestros y otros sectores sociales reclaman desde hace días que tanto Vaca Díez como Marío Cossío renuncien a su derecho de sucesión constitucional y el sustituto de Mesa fuera el titular de la Corte Suprema, Eduardo Rodríguez, el único con potestad para convocar elecciones anticipadas.
"Declinaré irrevocablemente y con eso se acabó", manifestó Vaca Díez, también en una rueda de prensa, en la que culpó del desorden que vive el país al propio Mesa y al líder opositor del Movimiento Al Socialismo (MAS), Evo Morales.
A ambos los calificó de "falsos profetas" y dijo que forman parte de "un proceso político no democrático".
"Hemos llegado a una situación en la que los culpables se presentan como inocentes y víctimas, y en donde las víctimas aparecen como culpables y ambiciosos", señaló en referencia a la presión popular que ha recibido para que renuncie a su derecho constitucional de heredar la Presidencia de Bolivia.
"Quiero denunciar que no estamos viviendo en democracia en Bolivia, porque se impide al Congreso Nacional ejercer su función constitucional, porque se renuncia para no renunciar, porque se llama a la subversión y al levantamiento", manifestó.
Plan para destruir la democracia
Por su parte, Mario Cossío, también arremetió contra Mesa y denunció que en Bolivia "hay un verdadero plan para destruir la democracia y acabar con un sistema político".
"Tenemos un gobierno que ha instalado una terrible lógica de confrontación, que está llevando a la destrucción de Bolivia, que como nunca enfrentó región contra región, clase social contra clase social, poderes del Estado contra poderes sociales", agregó.
Asimismo acusó al Gobierno de Mesa de ser "el causante de esa anunciada guerra civil", a la que el mandatario se refirió el pasado martes cuando pidió públicamente a Vaca Díez y Mario Cossío que renunciaran a su derecho de sucesión.
Llamó a Mesa demagogo por no cumplir sus promesas y de lavarse las manos al traspasar al Congreso las responsabilidades de conducir el país.
Con estos anuncios, el presidente de la Corte Suprema de Bolivia, Eduardo Rodríguez, quedó habilitado políticamente para asumir la presidencia del país.
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