junho 19, 2005

TIAGO / Campeão

Terceiro lugar no Gran Prix de F1 dos Estados Unidos


Tiago Monteiro



Este artigo foi publicado no dia 28 de Setembro de 2003 no El Nuevo Herald

MONTEIRO, SIN MIEDO A LA MUERTE

Adrenalina. "Adrenalina pura. Eso es lo que nos hace correr", manifestó Tiago Monteiro, uno de los novatos este año en la Serie Champ Car, piloto oficial de la escudería del bicampeón de Fórmula Uno, Emerson Fittipaldi.

No le tiene miedo, asegura. A la Muerte, por supuesto. Eso es.

De hecho, en lo cual no piensa mientras maneja un Ford administrado por la escudería Fittipaldi-Dingman. Fittipaldi es, por supuesto, Emerson Fittipaldi, quien ayer por la tarde le dijo a El Nuevo Herald que Monteiro es su niño querido y que posiblemente sea uno de los vencedores de la carrera de hoy.

"No me asusta eso. No, no, no. . . El lo hace y lo logrará", dijo Fittipaldi, cuando se enteró que Monteiro no clasificó para la pole position, porque posiblemente, "los ángeles no están con él".

Es posible. Porque después de todo, Monteiro es originario de Oporto, al norte de Portugal, donde sus habitantes son más pragmáticos que religiosos, y de donde han salido los grandes campeones de automovilismo en el país ibérico. "Soy portugués, no hay una presión particular. A mí lo único que me interesa es la carrera", puntualizó.

Se nota. Las varias conversaciones que tuvimos fueron interrumpidas por los técnicos, deseosos de que no revelara particulares interioridades. No lo hizo. Pero se quejó amargamente del circuito de Miami. "Es el peor que he corrido en mi vida. Las irregularidades hacen del circuito uno de los peores. Es malo. Vivo en Miami, y lamento que nuestro circuito sea así", subrayó.

La crítica está basada en el hecho de que el piso es bastante irregular, mal cuidado y malo como pista. "Podían haberlo mejorado. El año pasado se lo advertimos [los pilotos] pero no nos hicieron caso", añadió.

Monteiro es un joven portugués producto de la democracia en el país. Nació en 1976 en Oporto, dos años después del advenimiento de la democracia. Se adaptó a uno de los deportes más elitistas sin ningún complejo sino con unas ganas tremendas de divulgarlo.

"Corro porque corro. Mi madre siempre está preocupada. Pero no pienso en el accidente, ni en la muerte sino en el carro de enfrente y la curva que me espera", enfatizó.

Las curvas son las obsesiones de los pilotos. "Arranco. En la primera tengo que pensar cómo doblarla a 200 kilómetros por hora. Y después la otra, y la siguiente...".

"No pienso en la muerte. Ni en accidentes, ni en lo que me espera. Si lo hiciera, jamás correría, nunca estuviera aquí", añadió.

"¿Quieres saber por qué lo hago?", nos pregunta. "Porque quiero correr en Miami, pero también porque es mi vida. Ah, y soy portugués", concluyó.
- Rui Ferreira