Run, runes de Venezuela
LINEA DIRECTA: Recién llegó a Caracas como embajador del Reino de España, Raúl Morodo Leoncio, y reunió al personal de la embajada para advertirles que "de ahora en adelante se acababan los flirteos con la oposición al gobierno de Chávez en esta delegación diplomática que ha venido siendo cuestionada por el apoyo del anterior embajador a los golpistas de abril del 2002". A muchos sorprendió el ímpetu chavista que demostraba este catedrático venido a diplomático no de carrera, aunque ya antes había ocupado la representación española ante la Unesco y Portugal debido a que informes de la prensa española, en mayo de 2004, daban cuenta de "sus excelentes relaciones con el ex presidente venezolano Carlos Andrés Pérez; haber sido fundador del PSP (Partido Socialista Popular) con Tierno Galván y ser amigo íntimo de Alfonso Guerra, líder del PSOE, y del duque de Suárez"...
EMBRUJO: Morodo quien alguna vez fue crítico del régimen cubano siente hoy una gran admiración por Fidel Castro demostrada en distintas ocasiones públicas y privadas y ese enorme interés en la revolución cubana lo convirtió de inmediato en un ferviente seguidor y admirador a la vez de la revolución pretendida por Hugo Chávez en Venezuela. Además, contando con el visto bueno de su superior, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, ha ido estrechando lazos con los más connotados personajes del régimen chavista. So pretexto de mejorar las relaciones, la cercanía del embajador con el gobierno de Chávez ha prendido algunas luces de alarma en España. Un informe confidencial llegado al Congreso de los Diputados da cuenta del establecimiento por parte de Morodo "de un despacho completo en la residencia en el Country Club fuera de la Cancillería de la embajada en La Castellana, para sostener reuniones privadas con funcionarios del Gobierno y así no se den cuenta sus subalternos en la embajada de dichos encuentros ni de sus conversaciones telefónicas. Hoy por hoy el Señor embajador, la mayor parte de las veces, prefiere despachar desde la residencia". Lo más grave según el documento es "el establecimiento de una línea telefónica directa de la red intergubernamental venezolana (teléfonos interministeriales de la Casa Militar) para sus comunicaciones con el alto gobierno chavista. Sólo otro embajador, el de Cuba, Germán Sánchez Otero ("El Komissar") tenía hasta ahora ese privilegio revolucionario"...
MONTAJE: Todo el "follón" que se armó en Madrid con las "inoportunas" declaraciones del Presidente venezolano durante su visita oficial a Madrid fue perfectamente planificado por Morodo con el canciller Moratinos. "No hay puntada sin dedal" nos comenta un amigo que nos llama desde España. Ya antes de la llegada del venezolano estaban listas las acciones mediáticas para crear el revuelo en torno a la participación o no del gobierno de Aznar en el golpe de abril del 2002. Por un lado servirían al gobierno de Rodríguez Zapatero para revivir las acusaciones contra el Partido Popular añadiéndole las investigaciones de los hechos madrileños del 11/3 y por otro volvería a poner en el tapete el caso venezolano para que ese caudal informativo diera apoyo internacional a la propuesta del fiscal general venezolano, Isaías Rodríguez, de revisar la sentencia del TSJ en torno a esos hechos. Contactos más allá de las fronteras darían impulso a las declaraciones de Jorge Castañeda, ex canciller mexicano, acusando al gobierno de Aznar de haber propiciado un rápido reconocimiento al efímero e inexistente gobierno de Carmona. También eso sirvió para que el Gobierno salvadoreño desestimara el asilo a Vivas y Forero. Todo bien hilvanado. Como Chávez juramentó la misma noche del viaje a Alí Rodríguez como canciller tuvo que explicarle apresuradamente en el avión presidencial y en Madrid lo acordado con los funcionarios españoles. No extrañe que la cuerda española reviente por lo más fino...
EL UNIVERSAL
EMBRUJO: Morodo quien alguna vez fue crítico del régimen cubano siente hoy una gran admiración por Fidel Castro demostrada en distintas ocasiones públicas y privadas y ese enorme interés en la revolución cubana lo convirtió de inmediato en un ferviente seguidor y admirador a la vez de la revolución pretendida por Hugo Chávez en Venezuela. Además, contando con el visto bueno de su superior, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, ha ido estrechando lazos con los más connotados personajes del régimen chavista. So pretexto de mejorar las relaciones, la cercanía del embajador con el gobierno de Chávez ha prendido algunas luces de alarma en España. Un informe confidencial llegado al Congreso de los Diputados da cuenta del establecimiento por parte de Morodo "de un despacho completo en la residencia en el Country Club fuera de la Cancillería de la embajada en La Castellana, para sostener reuniones privadas con funcionarios del Gobierno y así no se den cuenta sus subalternos en la embajada de dichos encuentros ni de sus conversaciones telefónicas. Hoy por hoy el Señor embajador, la mayor parte de las veces, prefiere despachar desde la residencia". Lo más grave según el documento es "el establecimiento de una línea telefónica directa de la red intergubernamental venezolana (teléfonos interministeriales de la Casa Militar) para sus comunicaciones con el alto gobierno chavista. Sólo otro embajador, el de Cuba, Germán Sánchez Otero ("El Komissar") tenía hasta ahora ese privilegio revolucionario"...
MONTAJE: Todo el "follón" que se armó en Madrid con las "inoportunas" declaraciones del Presidente venezolano durante su visita oficial a Madrid fue perfectamente planificado por Morodo con el canciller Moratinos. "No hay puntada sin dedal" nos comenta un amigo que nos llama desde España. Ya antes de la llegada del venezolano estaban listas las acciones mediáticas para crear el revuelo en torno a la participación o no del gobierno de Aznar en el golpe de abril del 2002. Por un lado servirían al gobierno de Rodríguez Zapatero para revivir las acusaciones contra el Partido Popular añadiéndole las investigaciones de los hechos madrileños del 11/3 y por otro volvería a poner en el tapete el caso venezolano para que ese caudal informativo diera apoyo internacional a la propuesta del fiscal general venezolano, Isaías Rodríguez, de revisar la sentencia del TSJ en torno a esos hechos. Contactos más allá de las fronteras darían impulso a las declaraciones de Jorge Castañeda, ex canciller mexicano, acusando al gobierno de Aznar de haber propiciado un rápido reconocimiento al efímero e inexistente gobierno de Carmona. También eso sirvió para que el Gobierno salvadoreño desestimara el asilo a Vivas y Forero. Todo bien hilvanado. Como Chávez juramentó la misma noche del viaje a Alí Rodríguez como canciller tuvo que explicarle apresuradamente en el avión presidencial y en Madrid lo acordado con los funcionarios españoles. No extrañe que la cuerda española reviente por lo más fino...
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