George Soros: "Si desaprobamos a Bush recuperaremos el respeto del mundo"
El multimillonario norteamericano George Soros lanza nuevo libro y embiste con dureza contra el Presidente norteamericano
El empresario de origen húngaro no quiere que Bush siga en la Casa Blanca. Para eso ha destinado US$ 15 millones para combatirlo por los diarios, lo ha criticado en todos los foros y escribió un libro donde desmenuza su política exterior, el mismo que ahora es publicado por la editorial La Tercera-Mondadori y sobre el cual conversa en esta entrevista.
por Claudio Gaete
Sus oficinas en el piso 32 en el corazón de Manhattan no dan cuenta de los US$ 7.000 millones en los que ha sido avaluada su fortuna. Sobrio, con una decoración que no queda en la memoria y un grupo de secretarias separadas por paneles, su cuartel general no es más impactante que las oficinas de cualquier gerente de un banco chileno. George Soros (húngaro-norteamericano, a punto de cumplir 74) no parece ser un hombre de ostentaciones, aunque su voz sí se deja oír. Especialmente en la Casa Blanca y en la figura de George W. Bush, hacia la que ha dirigido sus críticas implacables a raíz de la guerra en Irak y la forma en que el presidente norteamericano ha conducido su política exterior. Lo acusa de haber utilizado el ataque a las Torres Gemelas y la posterior guerra al terrorismo como una excusa para imponer la supremacía de EE.UU. sobre el mundo. O como él mismo lo dice, La Burbuja de la Supremacía Americana, título de su último libro y que en Chile se lanza este fin semana, publicado bajo el sello La Tercera-Mondadori.
En 1999, en plena campaña presidencial chilena, Soros tuvo una cena privada en Nueva York con Ricardo Lagos y la periodista norteamericana Barbara Walters. En diciembre de 2000 el empresario visitó Chile y, pese a que prometió inversiones en el país, éstas aún no se concretan. Más allá de eso, manifiesta su aprecio personal por el Presidente chileno y por la actitud de su gobierno ante la incursión norteamericana en Irak.
Chile votó contra la guerra en Irak en el Consejo de Seguridad de la ONU...
Sí, y admiré su disposición a oponerse a un principio estadounidense que luego fue muy perjudicial. EE.UU. ejerció gran presión sobre Chile, de manera que admiré su posición en el Consejo. A Lagos lo admiro como persona y Presidente, porque vive modestamente, es honesto y actúa como deberían hacerlo todos los presidentes, muy pocos de los cuales tienen esas cualidades humanas.
Desde hace un año el principal objetivo de Soros es impedir que Bush sea reelegido en las elecciones del 2 de noviembre próximo. Después de haber destinado más de US$ 15 millones de su fortuna para pagar avisos a toda página en los principales diarios de EE.UU., decidió que gran parte de ese trabajo ya estaba hecho, pues cada vez encontraba más personas "que ven el gobierno de Bush de la misma forma que yo". Dentro de ese plan figura este libro, que él mismo asegura fue escrito de manera muy rápida, "debido a la urgencia del tema".
En sus 200 páginas Soros destruye la doctrina de Bush y la compara con el mundo que George Orwell describe en la Rebelión en la Granja. "La doctrina Bush está construida sobre dos pilares: primero, EE.UU. hará lo que sea necesario para mantener su supremacía militar y, segundo, se arroga el derecho de una acción preventiva. Tomados en conjunto, estos dos pilares sustentan dos tipos de soberanía: la de EE.UU., que tiene precedencia por sobre los tratados y obligaciones internacionales, y la de los demás estados, las cuales están sujetas a la doctrina Bush. Esto es como Orwell: todos los animales son iguales, pero algunos más iguales que otros", escribe.
En su libro dice que la doctrina Bush es perniciosa por lo que ha hecho en Irak. ¿Cuál es la diferencia con otras intromisiones de EE.UU. como en Panamá o Vietnam?
Ciertamente Vietnam presenta semejanzas, al igual que Grenada, pero en una escala menor. Para Vietnam se requeriría realizar un análisis diferente. Era otra época, un enemigo distinto. Pero puedo comparar a Irak con Vietnam en el sentido que se produjo la participación en un conflicto en el que cada vez nos adentramos más.
Usted ha afirmado que la guerra en Irak ha hecho más débil a EE.UU. ¿Por qué?
Bueno, aun cuando se utilice el criterio de la administración Bush, consistente en proyectar y hacer valer poder militar, hoy estamos en una situación mucho peor que antes, por cuanto nos hemos empantanado en Irak, carecemos de suficiente poder que proyectar y ahora hay menos personas que antes dispuestas a servir en Irak. Desde el punto de vista militar, estamos considerablemente más débiles, pero lo más importante es que nuestra posición en el mundo, en cuanto a obtener apoyo de otros países, se ha puesto en peligro. Ningún imperio puede existir sin gente que lo respalde. No estoy acusando a EE.UU. de ser un imperio, pero es una potencia dominante en el mundo, lo cual implica una aceptación de su posición de dominio.
Usted critica la forma en que Bush ha atacado el terrorismo. ¿Cómo lo combatiría usted?
Hay que considerar una característica distintiva del terrorismo: no tiene una dirección específica ante la cual dirigir la fuerza militar. Por lo tanto, se requiere la infiltración mediante servicios de inteligencia, y también es preciso contar con el apoyo de la población, que entregue información y no apoye a los terroristas. Es necesaria la ayuda de la gente para poder aislar e identificar a los terroristas. Y por la forma en que nos hemos manejado, ellos han tenido la posibilidad de matar y secuestrar a más personas y, por ende, se han desarrollado más. Por lo tanto, la amenaza terrorista es mayor de lo que era antes.
Usted mencionó que la guerra contra el terrorismo se basa en falsas excusas, porque el terrorismo es invisible y, por lo tanto, no se puede combatir.
No, ciertamente se puede combatir. La guerra en Irak se basaba en falsas excusas, porque utilizamos el terrorismo en circunstancias que no había conexión entre Al Qaeda, Osama y Saddam. Luego usamos el peligro de las amenazas de destrucción masiva, que no se han podido detectar, y después de fracasar en todo eso dijimos que íbamos a liberar a Irak. Ese argumento me parece especialmente objetable, porque la gente de Irak no necesitaba liberación, y hay muchos otros países donde es preciso derrocar tiranos. Sólo protegimos el suministro de petróleo, pero no los otros ministerios o los hospitales, por ejemplo, y permitimos el saqueo. No enviamos suficientes tropas como para mantener la ley y el orden, de manera que en Irak hubo caos y destrucción totales.
¿EE.UU. debe enviar más tropas?
Desde un comienzo no enviamos suficientes tropas. Lo hicimos para irrumpir, pero no para mantener el orden.
Usted critica la guerra.
Bueno, estoy criticándolos por no hacer las cosas en beneficio de la población de Irak. Por eso he dicho que esto es discutible, porque han procedido a una ocupación y no a una liberación.
Usted afirma que para acallar críticas y mantener la nación unida, Bush ha fomentado deliberadamente el temor en EE.UU. ¿No fue Osama bin Laden quien hizo eso?
Sí, y fue un hecho terrible, dramático, pero que en sí mismo no debiera haber cambiado el curso de la historia. Lo que ha cambiado el curso de la historia es la forma en que Bush reaccionó ante eso, declarando la guerra al terror. Y entrar en eso es un camino a la guerra permanente, porque los terroristas son invisibles, de manera que nunca se llega a saber dónde están ni desaparecen. El puede usar la amenaza terrorista y la política del miedo para suprimir las críticas a su gobierno y mantener al país en pie de guerra. Bush está muy orgulloso de ser un presidente bélico, desea serlo, y es una guerra a partir de una opción: él eligió ir a Irak. Pero debemos rechazar esa opción, porque es muy peligrosa.
Muchos creen que el llamado Patriot Act (cuerpo legal implantado por Bush en su lucha contra el terrorismo) abre el camino a abusos graves de poder. ¿Ese es el precio por la seguridad?
Se deben tomar medidas cuando hay una amenaza terrorista, pero con el patriot act hay una interferencia permanente contra las libertades individuales y eso es una gran pérdida.
¿Cree usted que Bush será reelegido?
Espero que no, pero no lo sé. Cuando escribí el libro tenía grandes esperanzas, porque en ese momento la gente comenzó a criticar al Presidente y su popularidad estaba decreciendo, pero luego apareció lo que yo llamo la "máquina de la verdad" del gobierno, que es muy eficaz, de manera que su popularidad no ha seguido disminuyendo, a pesar de existir cada vez pruebas más claras de los tremendos errores que ha cometido.
Usted ha sido acusado de antipatriota, ¿cómo responde a eso?
Considerando que EE.UU. es una sociedad abierta, es mi deber patriótico criticar al Presidente, y creo que él nos está llevando por mal camino.
Usted habla de una "doctrina de Soros", en cuanto una sociedad abierta en todo el mundo. ¿Cuál es la diferencia con la doctrina de Bush?
Desgraciadamente no suena tan distinta. La gran diferencia reside en que debemos reconocer que por el hecho de ser tan poderosos no siempre hemos de tener razón. Y debemos escuchar otras opiniones, tomar en cuenta otros intereses y encontrar una base para la cooperación. Los problemas del mundo requieren cooperación y el gran error que está cometiendo Bush es enfocar la libertad desde el punto de vista de los intereses estadounidenses.
En muchos países, especialmente en Europa, está creciendo el resentimiento hacia EE.UU.
Ese es todo el objetivo de mi libro y mi compromiso contra Bush, porque él no se presentó a las elecciones con la doctrina de Bush, sino con una humilde política exterior, y por eso fue elegido. Luego, con el 11 de Septiembre, todo cambió. Si ahora lo reelegimos, estaremos apoyando su doctrina, y me parece que tendremos que aceptar el odio dirigido en contra nuestra por haber elegido eso. Si desaprobamos a Bush podremos recuperar el respeto del mundo.
Para mucha gente Estados Unidos es como Roma en el imperio romano.
Hay semejanzas en el sentido que el destino del mundo se decide en Washington. La agenda de EE.UU. domina la agenda del mundo, y el resto del mundo tiene que reaccionar ante lo que estamos haciendo. Está ocurriendo lo mismo que en el imperio romano, donde únicamente los ciudadanos de Roma podían determinar la política, aunque en el imperio vivía mucha más gente y que no tenía derecho a voto. Antes el destino de EE.UU. era determinado por el rey de Inglaterra, y este país se rebeló contra eso. Entonces, si queremos evitar que el mundo se rebele contra nuestra dominación, debemos voluntariamente tomar en cuenta las necesidades del mundo. Desgraciadamente, Bush dice que lo que está haciendo en Irak es para tener un mundo mejor, y eso es muy doloroso.
¿Necesita el mundo otra potencia, como China, por ejemplo?
Hay una teoría sobre el poder que dice que para controlarlo se necesita equilibrio. Pero esto ya no es aplicable debido a que no existe un país o una combinación de estados que pueda servir de contrapeso a EE.UU. Si es que queremos preservar esta situación beneficiosa para Washington, debemos tomar en cuenta los intereses del resto del mundo a fin de que acepten voluntariamente nuestro liderazgo.
LA TERCERA/Chile
El empresario de origen húngaro no quiere que Bush siga en la Casa Blanca. Para eso ha destinado US$ 15 millones para combatirlo por los diarios, lo ha criticado en todos los foros y escribió un libro donde desmenuza su política exterior, el mismo que ahora es publicado por la editorial La Tercera-Mondadori y sobre el cual conversa en esta entrevista.
por Claudio Gaete
Sus oficinas en el piso 32 en el corazón de Manhattan no dan cuenta de los US$ 7.000 millones en los que ha sido avaluada su fortuna. Sobrio, con una decoración que no queda en la memoria y un grupo de secretarias separadas por paneles, su cuartel general no es más impactante que las oficinas de cualquier gerente de un banco chileno. George Soros (húngaro-norteamericano, a punto de cumplir 74) no parece ser un hombre de ostentaciones, aunque su voz sí se deja oír. Especialmente en la Casa Blanca y en la figura de George W. Bush, hacia la que ha dirigido sus críticas implacables a raíz de la guerra en Irak y la forma en que el presidente norteamericano ha conducido su política exterior. Lo acusa de haber utilizado el ataque a las Torres Gemelas y la posterior guerra al terrorismo como una excusa para imponer la supremacía de EE.UU. sobre el mundo. O como él mismo lo dice, La Burbuja de la Supremacía Americana, título de su último libro y que en Chile se lanza este fin semana, publicado bajo el sello La Tercera-Mondadori.
En 1999, en plena campaña presidencial chilena, Soros tuvo una cena privada en Nueva York con Ricardo Lagos y la periodista norteamericana Barbara Walters. En diciembre de 2000 el empresario visitó Chile y, pese a que prometió inversiones en el país, éstas aún no se concretan. Más allá de eso, manifiesta su aprecio personal por el Presidente chileno y por la actitud de su gobierno ante la incursión norteamericana en Irak.
Chile votó contra la guerra en Irak en el Consejo de Seguridad de la ONU...
Sí, y admiré su disposición a oponerse a un principio estadounidense que luego fue muy perjudicial. EE.UU. ejerció gran presión sobre Chile, de manera que admiré su posición en el Consejo. A Lagos lo admiro como persona y Presidente, porque vive modestamente, es honesto y actúa como deberían hacerlo todos los presidentes, muy pocos de los cuales tienen esas cualidades humanas.
Desde hace un año el principal objetivo de Soros es impedir que Bush sea reelegido en las elecciones del 2 de noviembre próximo. Después de haber destinado más de US$ 15 millones de su fortuna para pagar avisos a toda página en los principales diarios de EE.UU., decidió que gran parte de ese trabajo ya estaba hecho, pues cada vez encontraba más personas "que ven el gobierno de Bush de la misma forma que yo". Dentro de ese plan figura este libro, que él mismo asegura fue escrito de manera muy rápida, "debido a la urgencia del tema".
En sus 200 páginas Soros destruye la doctrina de Bush y la compara con el mundo que George Orwell describe en la Rebelión en la Granja. "La doctrina Bush está construida sobre dos pilares: primero, EE.UU. hará lo que sea necesario para mantener su supremacía militar y, segundo, se arroga el derecho de una acción preventiva. Tomados en conjunto, estos dos pilares sustentan dos tipos de soberanía: la de EE.UU., que tiene precedencia por sobre los tratados y obligaciones internacionales, y la de los demás estados, las cuales están sujetas a la doctrina Bush. Esto es como Orwell: todos los animales son iguales, pero algunos más iguales que otros", escribe.
En su libro dice que la doctrina Bush es perniciosa por lo que ha hecho en Irak. ¿Cuál es la diferencia con otras intromisiones de EE.UU. como en Panamá o Vietnam?
Ciertamente Vietnam presenta semejanzas, al igual que Grenada, pero en una escala menor. Para Vietnam se requeriría realizar un análisis diferente. Era otra época, un enemigo distinto. Pero puedo comparar a Irak con Vietnam en el sentido que se produjo la participación en un conflicto en el que cada vez nos adentramos más.
Usted ha afirmado que la guerra en Irak ha hecho más débil a EE.UU. ¿Por qué?
Bueno, aun cuando se utilice el criterio de la administración Bush, consistente en proyectar y hacer valer poder militar, hoy estamos en una situación mucho peor que antes, por cuanto nos hemos empantanado en Irak, carecemos de suficiente poder que proyectar y ahora hay menos personas que antes dispuestas a servir en Irak. Desde el punto de vista militar, estamos considerablemente más débiles, pero lo más importante es que nuestra posición en el mundo, en cuanto a obtener apoyo de otros países, se ha puesto en peligro. Ningún imperio puede existir sin gente que lo respalde. No estoy acusando a EE.UU. de ser un imperio, pero es una potencia dominante en el mundo, lo cual implica una aceptación de su posición de dominio.
Usted critica la forma en que Bush ha atacado el terrorismo. ¿Cómo lo combatiría usted?
Hay que considerar una característica distintiva del terrorismo: no tiene una dirección específica ante la cual dirigir la fuerza militar. Por lo tanto, se requiere la infiltración mediante servicios de inteligencia, y también es preciso contar con el apoyo de la población, que entregue información y no apoye a los terroristas. Es necesaria la ayuda de la gente para poder aislar e identificar a los terroristas. Y por la forma en que nos hemos manejado, ellos han tenido la posibilidad de matar y secuestrar a más personas y, por ende, se han desarrollado más. Por lo tanto, la amenaza terrorista es mayor de lo que era antes.
Usted mencionó que la guerra contra el terrorismo se basa en falsas excusas, porque el terrorismo es invisible y, por lo tanto, no se puede combatir.
No, ciertamente se puede combatir. La guerra en Irak se basaba en falsas excusas, porque utilizamos el terrorismo en circunstancias que no había conexión entre Al Qaeda, Osama y Saddam. Luego usamos el peligro de las amenazas de destrucción masiva, que no se han podido detectar, y después de fracasar en todo eso dijimos que íbamos a liberar a Irak. Ese argumento me parece especialmente objetable, porque la gente de Irak no necesitaba liberación, y hay muchos otros países donde es preciso derrocar tiranos. Sólo protegimos el suministro de petróleo, pero no los otros ministerios o los hospitales, por ejemplo, y permitimos el saqueo. No enviamos suficientes tropas como para mantener la ley y el orden, de manera que en Irak hubo caos y destrucción totales.
¿EE.UU. debe enviar más tropas?
Desde un comienzo no enviamos suficientes tropas. Lo hicimos para irrumpir, pero no para mantener el orden.
Usted critica la guerra.
Bueno, estoy criticándolos por no hacer las cosas en beneficio de la población de Irak. Por eso he dicho que esto es discutible, porque han procedido a una ocupación y no a una liberación.
Usted afirma que para acallar críticas y mantener la nación unida, Bush ha fomentado deliberadamente el temor en EE.UU. ¿No fue Osama bin Laden quien hizo eso?
Sí, y fue un hecho terrible, dramático, pero que en sí mismo no debiera haber cambiado el curso de la historia. Lo que ha cambiado el curso de la historia es la forma en que Bush reaccionó ante eso, declarando la guerra al terror. Y entrar en eso es un camino a la guerra permanente, porque los terroristas son invisibles, de manera que nunca se llega a saber dónde están ni desaparecen. El puede usar la amenaza terrorista y la política del miedo para suprimir las críticas a su gobierno y mantener al país en pie de guerra. Bush está muy orgulloso de ser un presidente bélico, desea serlo, y es una guerra a partir de una opción: él eligió ir a Irak. Pero debemos rechazar esa opción, porque es muy peligrosa.
Muchos creen que el llamado Patriot Act (cuerpo legal implantado por Bush en su lucha contra el terrorismo) abre el camino a abusos graves de poder. ¿Ese es el precio por la seguridad?
Se deben tomar medidas cuando hay una amenaza terrorista, pero con el patriot act hay una interferencia permanente contra las libertades individuales y eso es una gran pérdida.
¿Cree usted que Bush será reelegido?
Espero que no, pero no lo sé. Cuando escribí el libro tenía grandes esperanzas, porque en ese momento la gente comenzó a criticar al Presidente y su popularidad estaba decreciendo, pero luego apareció lo que yo llamo la "máquina de la verdad" del gobierno, que es muy eficaz, de manera que su popularidad no ha seguido disminuyendo, a pesar de existir cada vez pruebas más claras de los tremendos errores que ha cometido.
Usted ha sido acusado de antipatriota, ¿cómo responde a eso?
Considerando que EE.UU. es una sociedad abierta, es mi deber patriótico criticar al Presidente, y creo que él nos está llevando por mal camino.
Usted habla de una "doctrina de Soros", en cuanto una sociedad abierta en todo el mundo. ¿Cuál es la diferencia con la doctrina de Bush?
Desgraciadamente no suena tan distinta. La gran diferencia reside en que debemos reconocer que por el hecho de ser tan poderosos no siempre hemos de tener razón. Y debemos escuchar otras opiniones, tomar en cuenta otros intereses y encontrar una base para la cooperación. Los problemas del mundo requieren cooperación y el gran error que está cometiendo Bush es enfocar la libertad desde el punto de vista de los intereses estadounidenses.
En muchos países, especialmente en Europa, está creciendo el resentimiento hacia EE.UU.
Ese es todo el objetivo de mi libro y mi compromiso contra Bush, porque él no se presentó a las elecciones con la doctrina de Bush, sino con una humilde política exterior, y por eso fue elegido. Luego, con el 11 de Septiembre, todo cambió. Si ahora lo reelegimos, estaremos apoyando su doctrina, y me parece que tendremos que aceptar el odio dirigido en contra nuestra por haber elegido eso. Si desaprobamos a Bush podremos recuperar el respeto del mundo.
Para mucha gente Estados Unidos es como Roma en el imperio romano.
Hay semejanzas en el sentido que el destino del mundo se decide en Washington. La agenda de EE.UU. domina la agenda del mundo, y el resto del mundo tiene que reaccionar ante lo que estamos haciendo. Está ocurriendo lo mismo que en el imperio romano, donde únicamente los ciudadanos de Roma podían determinar la política, aunque en el imperio vivía mucha más gente y que no tenía derecho a voto. Antes el destino de EE.UU. era determinado por el rey de Inglaterra, y este país se rebeló contra eso. Entonces, si queremos evitar que el mundo se rebele contra nuestra dominación, debemos voluntariamente tomar en cuenta las necesidades del mundo. Desgraciadamente, Bush dice que lo que está haciendo en Irak es para tener un mundo mejor, y eso es muy doloroso.
¿Necesita el mundo otra potencia, como China, por ejemplo?
Hay una teoría sobre el poder que dice que para controlarlo se necesita equilibrio. Pero esto ya no es aplicable debido a que no existe un país o una combinación de estados que pueda servir de contrapeso a EE.UU. Si es que queremos preservar esta situación beneficiosa para Washington, debemos tomar en cuenta los intereses del resto del mundo a fin de que acepten voluntariamente nuestro liderazgo.
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