Guillermo Cabrera Infante
El legendario escritor cubano Guillermo Cabrera Infante, uno de los grandes de las letras hispanas del siglo XX, falleció hoy en el hospital de Chelsea and Westminster, en Londres, Reino Unido, a causa de una septicemia, tras una permanencia de una semana en el centro causada por un accidente casero. Tenia 75 años. Su presencia en Europa es suficiente para agrandar su distanciamiento con el castrismo, y en 1965 abandona el puesto diplomático, viaja a España, donde el gobierno de Francisco Franco le niega asilo político, y termina instalándose en Londres, e iniciando, a la par de su obra literaria, una labor propagandista anticastrista.
"Fue entre nosotros el primer disidente, y sufrió los ataques furiosos de toda esa jauría dentro y fuera de Cuba", dijo anoche desde Puerto Rico el periodista y escritor cubano Carlos Franqui. A los dos los unió una amistad de más de 60 años y juntos fundaron en La Habana el emblemático suplemento cultural Lunes de Revolución, después del triunfo de la revolución de Fidel Castro en 1959.
Para el ensayista Carlos Alberto Montaner, Cabrera Infante "es junto a [Alejo] Carpentier, el escritor más importante de la segunda mitad del siglo XX en Cuba, y su obra recoge muy bien lo que fue la literatura experimental en español".
Cabrera Infante dejó una vasta obra literaria y recibió decenas de premios a lo largo de su carrera, el más destacado de los cuales es el Cervantes que le otorgaron en 1997.
El escritor nació el 22 de abril de 1929 en Gibara, pueblo de la antigua provincia de Oriente, Cuba, en un hogar humilde. Anticastrista "por una profunda convicción'', como solía decir, en 1994 en Miami el escritor recordó las ideas políticas de sus padres y la educación que le dieron.
"Por ahí dicen que yo crecí bajo el gobierno del general Gerardo Machado, pero a decir verdad creo que fue bajo la dictadura de [José] Stalin, porque mis padres eran comunistas", confesó Cabrera Infante.
En 1941, el joven Guillermo emigró a La Habana junto a sus padres, y se fueron a vivir a una buhardilla en La Habana Vieja. Sus primeros escritos datan de 1947.
"Fue más o menos por esa época nos conocimos; leí su primer cuento, me pareció extraordinario; le regalé el primer libro, Las Palmeras Salvajes, de William Faulkner, en una traducción de Jorge Luis Borges", recordó ayer Franqui.
En 1950 ingresó en la escuela de periodismo donde se le abren, además, las puertas del séptimo arte, sus dos grandes pasiones, como recuerda otro de sus mas viejos amigos, el crítico de cine René Jordán.
"Realmente fuimos compañeros en un curso de cine en el año 1948, y para mí, Guillermo es más que un hermano... su muerte es devastadora", dijo Jordan, emocionado, desde Nueva York.
"Fuimos compañeros en la escuela de periodismo, la hicimos entera, los cuatro años, y desde entonces el contacto es permanente. Era un contacto absoluto. Yo no puedo entender cómo no puedo agarrar el teléfono y no llamar a Guillermo y no poder decirle: 'Guillermo, anoche vi la película tal o más cual'... no concibo no poder hacer eso", añadió Jordán.
Cabrera Infante adquirió notoriedad cuando bajo el seudónimo de G. Cain comenzó a publicar criticas de cine en la revista Carteles, de la cual llegó a ser jefe de redacción en 1957. Para esa época, ya estaba profundamente involucrado en el movimiento cinematográfico de la isla, junto a su hermano, el director Sabá Cabrera. Con él fundó la Cinemateca de Cuba.
Tras el triunfo castrista, Cabrera Infante se une a Franqui, y juntos fundan el diario Revolución y crean Lunes de Revolución, del cual fue director durante toda su publicación, desde 1959 hasta su clausura en 1961.
Lunes nunca fue del agrado del régimen, y siempre fue blanco del odio y el rencor de los llamados viejos comunistas, quienes casi de inmediato comenzaron a conspirar contra él, terminando por forzar su cierre.
En 1960, el escritor publica su primer libro destacado, Así en la paz como en la guerra. A finales de 1961 se casa con la actriz Miriam Gómez, y al año siguiente es nombrado agregado cultural en Bruselas.Dos columnas de Alejandro Armengol
"Es Guillermito" y Para un infante difunto. Sólo aquí
"Tuvo una posición muy firme, sin fisuras, frente a la dictadura cubana, y como siempre gozó de un enorme prestigio literario. Fue un adversario muy serio frente a la dictadura cubana", añadió Montaner.
Desde Cali, Colombia, otro viejo amigo suyo, el escritor José Pardo Llada, no ocultó la emoción del momento.
"Nadie supo reflejar la vida de La Habana de los años 50 como él. Era ..., digo... es, un maestro en el oficio de escribir. Sus páginas, sus libros, sus novelas están matizadas como un gran sentido del humor, cosa que contrastaba con la vida misma, porque Cabrera era un hombre muy serio", dijo Pardo Llada.
En La Habana, el periodista y poeta independiente Raúl Rivero manifestó que el fallecimiento "es un momento fatal para la literatura cubana y en lengua castellana, es un vacío enorme".
"La cultura cubana ha perdido una figura trascendental como nunca existió otra. Es de lamentarse que haya fallecido él y no su némesis en La Habana", añadió en Miami el cineasta Nat Chediak.
El ex preso político y sacerdote Miguel Angel Loredo fue uno de los entrañables amigos del escritor. "Cabrera le dio un gran apoyo a todos los que luchamos por la causa de Cuba; su arte, su literatura, y la creación que hizo de La Habana nocturna son únicas", dijo.
Además, añadió, "era un hombre bueno de una caridad infinita, de una paciencia infinita, y su apariencia de hombre agreste escondía una naturaleza humilde".
"En una de sus entrevistas cuando le dieron el premio Cervantes, Guillermo decía que había que deslizarse para la muerte... una frase extraordinaria... creo que lo logró", recordó Franqui. [RUI FERREIRA]
Guillermo habla de "El Padrino" y otras cosas del cine...
¿Qué opina de los films que han seguido el camino (estilístico, temático...) abierto por "El Padrino"?
Ellos mismos son secuelas de «El Padrino». En realidad hay muchas películas que se han hecho después del éxito de estos largometrajes. Han sido muy influyentes. En Hollywood se aprovechan de las secuelas, los productos primeros se repiten con variantes. Pero ninguna película sobre la mafia ha sido tan extraordinaria como «El Padrino».
¿Por qué cree que se escogió Cuba como lugar de fondo de gran parte del Padrino II?
Eso habría que preguntárselo a Coppola y a Puzo, que escribió el original y el guión. Ellos querían variar la dirección dramática del personaje, coincidiendo que se narraba la vida joven de Corleone.
¿Es cierto que Ud. vivió un suceso hace años en un hospital londinense parecido al de "El padrino I " ?
No recuerdo a qué se refiere. Si es cierto que fui amenazado en un hospital, me amenazaron con ir a pasar al otro mundo, y no sólo me cambiaron de cuarto, sino de cama, y eso que yo estaba recuperándome de una operación muy complicada. Me cambiaron de nombre, a Christian Smith, que es muy fílmico, para todas las actividades del hospital. Algo muy curioso.
Tengo entendido que El Padrino no gustó mucho a gente como Sinatra o Dean Martin, ya que se veían reflejados.
Bueno, yo no sé nada de Dean Martin, pero sí sé que Sinatra se molestó tanto. El personaje de Johnny era calcado del Sinatra de entonces. Cuando se lo reprochó a Puzo, éste le dijo que desde cuándo un italiano del norte con ojos azules le iba a amenazar a uno del sur con ojos negros.
Cual es su escena / plano favorito de la pelicula?
La primera, cuando surge de la oscuridad el hombre que apenas ha tenido relación con El Padrino y le pide que mate a quienes violaron a su hija y sólo se oye la voz de Marlon Brando. Está muy bien resuelto. Luego Brando ofrece por primera vez su cara; le pusieron el pelo ralo y espaciadores para sus mejillas, y hablaba con un susurro que se volvía amenazante.
Prefiere la denominada versión épica o el montaje original
Yo vi hace tiempo la versión épica, y prefiero el primer Padrino porque impacta mucho; la segunda parte nunca se pudo beneficiar de la presencia, aunque fuera fugaz, de Marlon Brando. De todas maneras, la versión épica es muy interesante desde el punto de vista narrativo, porque la hizo el propio Coppola. Robert de Niro está excelente interpretando la versión joven de Brando. Eso le convirtió en una superestrella. Hay gente que prefiere El Padrino segundo al primero.
¿Por qué El Padrino III desmerece tanto de sus antecesores?
Porque se ha diluido mucho el personaje de Michael Corleone, que era interesante cuando era un ganster en activo. La solución de los problemas narrativos es un poco mecánica, pero hay escenas extraordinariamente bien realizadas, como la del helicóptero. Pero el Padrino III tiene cosas muy interesantes, de todas maneras.
¿Por qué el cine europeo y el español no son capaces de hacer películas de este calado?
Eso no es difícil de preguntar. Porque Hollywood está en el negocio del cine desde el principio del siglo XX, los estudios se establecieron alrededor del año 1912. Se creó una industria con una capacidad técnica muy superior, y el cine no es más que un milagro técnico, que permite que se rueden películas complejas. Desde El nacimiento de una nación, fueron consiguiendo obras magníficas y ficharon a técnicos, guionistas, novelistas (por ejemplo, Blasco Ibáñez)... Siempre han pagado los mejores sueldos, desde el cine mudo hasta el hablado.
Brandon, De Niro, Duval, Al Pacino vs. Di Caprio, Cruise, Brad Pitt.¿ No son las estrellas de hoy en día unos niñatos comparadas con las de antes?
Depende, en realidad nunca han estado trabajando algunos de ellos como ahora. Por ejemplo, Robert Duvall o De Niro. En cuanto a su talento, creo que el primer cuarteto es muy superior a Pitt. Pero si hubieran mencionado a Gary Oldman, otra sería muy respuesta, ya que es muy bueno tanto como protagonista como de secundario. Recordemos su Drácula o True romance.
¿Ha escrito usted algún guión cinematográfico? ¿No le tentaría?
He escrito varios. Vine a Londres para escribir como médico de guiones, y escribí uno en el 67 que se titulaba Wonder Wall, con música de George Harrrison y con elementos de música india. Y escribí Vanishing Point, que se llamó en España Carrera contra la muerte, o el destino, y que se filmó en Estados Unidos y tuvo mucho éxito económico. Por primera vez, era una road movie, una película de carretera. Ahora es un film de culto, que ponen a cada rato en televisión.
¿Cual es el secreto de na buena historia?
Son parámetros muy diferentes, si hablamos de cine o de literatura. Una película se ve de principio a fin y una novela se lee a trozos, a tramos, y hay una continuación meramente estilística. En una película puede haber varios autores. En realidad, el cine es muchísimo más atractivo, porque no se sabe lo que va a pasar en el siguiente momento. Depende mucho del suspense, y eso hace que atraiga tanto. Hay una frase extraordinaria de Néstor Almendros: Las mejores películas se hacen con los peores libros.
¿Cree que habrá un "Padrino IV"?
De eso se ha hablado muchas veces. Pero sucede que el II se hizo por el éxito del I, y en realidad resultaba casi una película independiente. Pero el III dejó en suspense que iba a pasar con Andy García, pero la realidad es que Coppola hizo el III para compensar las pérdidas de sus bancarrotas. En cuanto le haga falta el dinero, hará el IV. Muchos esperan una misma versión del personaje, ya que se trata de hacer un cambio, y hacer que Andy García sea el tercer padrino, el nuevo don Corleone.
¿Qué importancia otorgaría dentro del film a la excelente música de Nino Rota?
Nino Rota es el gran descubrimiento de Fellini. Sin él, no serían lo mismo. Su extraordinaria partitura de El Padrino es muy interesante. El primer productor no quería la música de Nino Rota, e interpuso elementos de música tradicional que chocan, sobre todo en EL Padrino II. Es un gran compositor, no uno ocasional.
En su obra "Vista de amanecer desde el trópico" hay pasajes propios de las mafia italiana (La foto ametralladora) ¿Existe una "conexión" caribeña ?
Bueno, eso no tiene nada que ver con la mafia, sino con los dueños del Central, donde ocurrió el aparente fusilamiento, que puede ser una leyenda. El libro se llama Vista de amanecer en el trópico, no desde el trópico.
¿ No le parece increible que un film sobre la mafia, haya llegado a influir de tal modo al propio mundo de la mafia ?
Es algo singular creo yo. Eso ocurrió desde fines del cine mudo, con La ley del hampa, el primer film de gansters. Y en el 32 influyó mucho en el comportamiento de los facinerosos Cara cortada, con personajes "melancólicos" muy imitados. Howard Haws rodó el ascenso al poder de un ganster, lo que ocurre en tantas películas.
¿Si no hubiera existido Lezama Lima, su estilo de Vd seria talmente mismamente el que es?
No. Yo no le debo nada en términos narrativos o estilísticos a Lezama Lima, que es muy original pero se disuelve en sí mismo. Cuando comencé a escribir me enseño a convertir en narración el lenguaje habanero Nino Nobás Calvo, el primer escritor del realismo mágico, un gran cuentista. Escribió una biografía novelada de un esclavista español.
Bryce Echenique define las Islas Canarias como un "Caribe que no molesta" ¿Qué le molesta a Ud. del Caribe?
Bueno, me molesta la denominación de Caribe. Hay muchas regiones que pertenecían a las Antillas, y ahora resulta que hasta Colombia y México quedan en el Caribe. Se ha puesto de moda hablar del Caribe. No todo es Caribe de lo que se llama caribeño.
EL CINE ESPAÑOL LE ATRAE? Y LAS ADAPTACIONES LITERARIAS AL CINE EN GENERAL?
Ahora, es muy interesante. Es el más interesante que se está haciendo en Europa. Acabo de ver Los otros y me parece muy conseguida, y mete mucho miedo. También están las de Almodóvar, muy buenas, Trueba, Vicente Aranda (Fanny Pelopaja es de las mejores de violencia y sexo que he visto). Y debiera mencionar a más directores. En el pasado también hubo muchas interesantes. Cuando era crítico en Cuba vi muchas extraordinarias, como Muerte de un ciclista o Calle Mayor, pero muchas no me interesaban para nada. Las de folclóricas no las soporto. Ahora las películas españolas están en los cines de Estados Unidos e Inglaterra. Y acabo de ver en un vídeo club Tesis, de Amenábar, anunciada como del director de Los otros. Belle epoque es una delicia de película, por ejemplo. Y La niña de tus ojos, de Trueba también, es muy atractiva. Ese tipo de cine no se hacía antes. Hay adaptaciones al cine que son mejores que las novelas, como Lo que el viento se llevó, una obra extraordinaria. Por ejemplo, hay cuentos que se prestan muy bien para ser adaptados al cine, como La ventana indiscreta. Siempre el cine aporta elementos a la literatura, y fracasa cuando trata de adaptar la gran literatura, como En busca del tiempo perdido o Ulises, aunque hay excepciones, como Las amistades peligrosas. El cine convierte en maestras obras menores. Ocurre mucho. [EL MUNDO]
Con su primera esposa, Marta Calvo (segunda de la izquierda), en 1959.
Uno de los escritores más brillantes e imaginativos en lengua española falleció ayer en Londres. Desde que en 1964 ganó el Premio Biblioteca Breve por su Tres tristes tigres, Cabrera Infante no dejó de deslumbrar a quienes leían cada nueva obra, en las que los juegos de palabras, el dominio de la lengua y un espléndido sentido del humor encubrían una erudición mucho más rigurosa de lo que podía pensarse. Su largo, y con frecuencia doloroso, exilio de su amada Cuba no le impidió reivindicar los pequeños y grandes placeres de la vida, desde el amor y la música, al cine, los buenos cigarros habanos y la amistad. Deja tras de sí una abundante bibliografía, que justificó sobradamente que en 1997 se le concediera el Premio Cervantes.
José Andrés Rojo El País
Guillermo Cabrera Infante murió ayer en Londres a los 75 años. Primero fue una operación de corazón, luego se le fastidiaron los riñones y hace poco, una tonta caída y la rotura de cadera que lo devolvió al hospital, con el que se había familiarizado en los últimos tiempos. Su frágil salud no resistió el nuevo descalabro.
Se ha ido así un gran virtuoso de la lengua, un hombre ingenioso y travieso que hizo con las palabras lo que quiso, sacando de ellas no sólo el humor que desencadenaban cuando las juntaba, sino también una honda ternura y una fina elegancia para dar cuenta de las viejas historias que afligen y hacen felices a los hombres.
"Showtime! Señoras y señores. Ladies and gentlemen. Muy buenas noches, damas y caballeros, tengan todos ustedes". Las palabras con las que arranca su libro más famoso, Tres tristes tigres (1967), sirven para definir su literatura. Cuando escribía, Cabrera Infante subía a un escenario para poner a bailar las palabras.
Todos sus textos tienen la consistencia de un encadenamiento de solos: imprevisibles, variados, endiabladamente rápidos o contundentes como un sopapo, caprichosos, lentos y melancólicos, pero también desmadejados y caóticos. No es que a Cabrera Infante le gustara la música, es que hacía música.
La amistad y la noche
Su pasión fue el cine. Le gustaba decir que lo que hacía eran libros, que él no escribía novelas. Cada rato hablaba de "contar cuentos". Y así es su obra, un paseo por todos los grandes temas.
La amistad, la noche, los viejos afanes para salir de la miseria y cambiar de vida, las pequeñas traiciones que llenan la memoria de heridas, la alegría de pasarlo bien, el placer de tantas y tantas anécdotas y situaciones, el amor y los infinitos juegos que ponen en marcha hombres y mujeres para seducirse, el desarraigo, la muerte.
Nació el 22 de abril de 1929 en Cibara, provincia de Oriente, y fue el hijo mayor de una pareja que había sido de las fundadoras del Partido Comunista de Cuba. Cuando llegó junto a su familia a La Habana, en 1941, quedó fascinado por el vertiginoso ritmo de la ciudad y por la inagotable variedad de las criaturas humanas.
Dejó la medicina para empezar a estudiar periodismo en 1950, pero ya le tiraban las aficiones -la literatura y el cine- a las que terminó por dedicarse: en 1952 escribió su primer cuento; en 1954, se convirtió en crítico cinematográfico (firmaba con el seudónimo de G. Caín) de la revista Carteles. Su primer matrimonio fue en 1953 y tuvo dos hijas (en 1954 y 1958), pero conoció a su gran amor, Miriam Gómez, en 1958 y se casó con ella en 1961 tras divorciarse de su primera mujer.
Cuando Cuba dio el gran viraje con la Revolución, allí estuvo Cabrera Infante para construir el hombre nuevo. Fue director del Consejo Nacional de Cultura, ejecutivo del Instituto del Cine y subdirector del diario Revolución.
Pero las cosas se complicaron. Su hermano Sabá Cabrera hizo una película -"P. M. dura apenas 25 minutos y es una suerte de documental político, sin aparente línea argumental, que recoge las maneras de divertirse de un grupo de habaneros un día de fines de 1960", escribió GCI- que no gustó a las autoridades, fue tachada de contrarrevolucionaria y prohibida.
Hubo polémica en las páginas de Lunes de Revolución, y este semanario cultural que había fundado CGI fue obligado en 1961 a cerrar las puertas. Al régimen empezaban a no gustarle las más nimias críticas, y apartaron al joven escritor colocándolo de agregado cultural en Bruselas. Luego se convirtió en encargado de negocios.
La consagración literaria llegó con el Premio Biblioteca Breve (1964) a Tres tristes tigres. El enfrentamiento definitivo con el régimen de Fidel fue en 1965. Regresó al funeral de su madre y fue retenido por el Servicio de Contra-Inteligencia. Salió de la isla, llegó a Madrid y, después, a Barcelona. Las dificultades económicas y la negativa franquista a regularizar su situación lo empujaron a Londres, donde se instaló definitivamente.
Más allá de la política y del dolor del exilio, lo que siguió adelante fue su obra. En Exorcismos de es(t)ilo (1976) jugó con la literatura; La Habana para un infante difunto (1979) reveló su maestría para el género autobiográfico; Un oficio del siglo XX (1973) reunió sus críticas de cine y Mea Cuba (1991), sus artículos políticos; Puro humo (1985.Traducción en 2000) es su homenaje a la lengua inglesa.
Hubo más libros, guiones (la adaptación de Bajo el volcán, de Lowry, por ejemplo), miles de artículos. En 1997 le concedieron el Premio Cervantes. En una entrevista dijo que quería alinearse junto a Eça de Queiros, que había dicho que "él era de esos que pasan por la vida con una carcajada de tránsito". Su risa ahora ha callado. Sigue intacta en su literatura. [EL PAIS]
Con Mario Vargas Llosa
Walking at the City
Luis Antonio de Villena El Mundo
El escritor cubano Guillermo Cabrera Infante, de 75 años, falleció la noche del 21 de febrero en Londres a causa de una septicemia. El autor de 'Tres tristes tigres', que vivía en la capital inglesa desde hace casi cuarenta años, murió en el hospital Chelsea and Westminster, donde se encontraba ingresado desde la pasada semana tras romperse una cadera, según informaron fuentes familiares.
Cuando uno veía por vez primera a Guillermo, se encontraba ante un señor moreno y con gafas, con barbita y perilla ya algo canas, y serio, aparentemente muy serio. Pero en cuanto la conversación, entre amigos, entraba en materia cordial, aquella seriedad que nunca dejaba de parecerlo, se volvía un flujo zumbón de palabras e historietas, llamadas a magia y a fábula, que te inundaba de retruécanos, de chispa, y de una gozosa propensión erótica y aún truculenta.
A Guillermo (y a su inseparable Miriam Gómez) las anécdotas que más les gustaba narrar a dúo eran siempre las que contenían lascivia y juego. Guillermo Cabrera Infante nació en Gibara (provincia de Oriente, Cuba) el 22 de abril de 1929, hijo de una pareja de militantes comunistas. No es por tanto difícil suponer que sus inicios vitales estuvieron ligados a la cultura y a la militancia política.
La familia vivía en La Habana desde 1941. Guillermo comenzó en esa Universidad estudios de Medicina, que no concluyó. Como lector, como escritor y como espectador, su vida iba a ser, sobre todo desde 1947, singularmente, la literatura y el cine. En uno de sus últimos libros, 'Cine o sardina', de 1997, Guillermo cuenta esa afición juvenil -el cine- que incluso podía sobreponerse al hambre. Claro que hubo en el Guillermo joven otra afición vital -muy vital- que fue aquella rica y cálida noche habanera llena de bohemia, de compromiso, de daiquiris y de mujeres, pues el culto a la total femineidad contó mucho para el joven caribeño sensual, como narrará más tarde una de sus mejores novelas, 'La Habana para un infante difunto', de 1979.
Guillermo Cabrera concluyó siendo periodista, y como parece natural, periodista especializado en cine. Entre 1951 y 1956 fue fundador y director de la primera Cinemateca de Cuba, y a partir de 1954 -y con el seudónimo de G. Caín, que no recoge sino la primera sílaba de sus apellidos- empezó a ejercer la crítica de cine en el semanario 'Carteles', del que tres años más tarde sería redactor jefe.
Su labor como crítico (tras la caída del régimen de Batista) continuaría en el magazine 'Lunes de Revolución', que se clausuraría en 1961. Lo que salvó de toda esa etapa de crítico, está en un jugoso libro titulado 'Un oficio del siglo XX', publicado en 1973.
Demócrata más que comunista, como muchos escritores y artistas del momento, creyó en los cambios y en la justicia que llevarían a Cuba los luchadores de Sierra Maestra. Siempre podremos preguntarnos si Cabrera estuvo alguna vez próximo a Castro, pero próximo a lo que pudo ser una revolución liberadora, ciertamente lo estuvo. Pero como tantas veces los sueños no se cumplieron, y Guillermo Cabrera Infante, tras ser Agregado Cultural de Cuba en Bruselas (entre 1962 y 1965), más lejos cada vez del régimen de la isla, rompió estrepitosamente con Castro, denunciando su dictadura leninista y buscando definitivamente el exilio.
Al no conseguir la nacionalidad española, Guillermo concluyó en Londres en 1966, donde ya viviría en adelante, adoptando la nacionalidad británica. Anticastrista absoluto (yo creo que a Cabrera, profundamente cubano, Castro le arruinó lo que él hubiera deseado fuese su vida) Guillermo sería, siempre ya, un reaccionario para algunos y un genuino liberal para los más -siempre estuvo a favor de una moral muy libre- hondamente anticomunista.
Aunque vivió, casi siempre, como periodista y guionista de cine (trabajando para John Huston y para su amigo Losey) Guillermo Cabrera Infante será ya siempre uno de los iniciadores y de los grandes novelistas de aquel tan cierto como cacareado boom de la narrativa hispanoamericana, especialmente tras la publicación de 'Tres tristes tigres', que obtuvo en 1967 el premio Biblioteca Breve.
Ingenioso, brillante y mágico prosista, sus siguientes libros confirmarían -lentamente- ese esplendor literario y lingüístico. Desde 'Vista del amanecer en el Trópico' (1960) hasta 'Mea Cuba' o 'Ella cantaba boleros', de 1996, su último libro de ficción. En 1997 recibió el Premio Cervantes. Contradictorio, incisivo, cultísimo, fue y es uno de los grandes en nuestra lengua. Todo un estilo. [El Mundo]
"Soy un escritor cómico y paródico, creyente del azar, pesimista y maníaco depresivo".
"La realidad es que siempre escribo de mí mismo aunque trato de disfrazarlo".
"Hay otros escritores más elocuentes para hablar en público, como Mario Vargas Llosa. Yo soy más rápido escribiendo que hablando".
"El siglo XX ha sido el mejor de los siglos literarios, pero el peor de los siglos políticos".
"Los libros maestros del próximo siglo serán los libros que definirán el milenio que termina".
"Escribo libros y no novelas, pues la novela es un contrato entre el editor y el comprador. Cervantes llamó libro al Quijote, y no novela".
"El futuro de la novela depende de sí misma".
"Entre las novelas básicas para entender el siglo siglo XX figuran "Pedro Páramo", de Juan Rulfo; "Gran sertón: veredas'', de Guimaraes Rosa; "En busca del tiempo perdido", de Marcel Proust; "Ulises", de James Joyce; y "El beso de la mujer araña", de Manuel Puig.
"La figura de Alejo Carpentier es un mito y una celebridad del régimen cubano que en realidad, por complicado, nadie en Cuba lee".
"En La Habana, las luces del sol y de las bombillas del alumbrado público no dejaban que nunca se hiciera de noche".
"El juicio a Pinochet en Londres puede permitir que se juzgue a otros dictadores, como Milosevic y Castro".
"En el terreno político prefiero actuar como un reaccionario de izquierdas".
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